Huracán Melissa: Cuba se enfrenta a la furia del viento y al reto de la recuperación
El huracán Melissa, una de las tormentas más potentes jamás registradas en la cuenca atlántica, azotó el este de Cuba entre el 28 y el 29 de octubre de 2025, dejando a su paso un rastro de destrucción, viviendas arrasadas e importantes pérdidas agrícolas. Las estadísticas oficiales y los informes humanitarios describen un país tambaleante por la devastación.
Una tormenta sin precedentes
Antes de llegar a Cuba, Melissa alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos de unos 295 km/h y una presión central de 892 mbar, situándose entre los huracanes atlánticos más intensos de la historia reciente.
Al tocar tierra en el sureste de Cuba, se debilitó a categoría 3, pero seguía teniendo una fuerza devastadora.
Según el análisis del ACAPS, los vientos con fuerza de tormenta tropical se extendieron hasta 315 km desde el centro del huracán, y las mareas de tormenta alcanzaron entre 2 y 3,3 metros a lo largo de la costa sureste, causando graves inundaciones en municipios de las provincias de Santiago de Cuba, Granma y Holguín.
Impacto en los residentes
Miles de personas tuvieron que evacuar sus hogares, dejándolo prácticamente todo, ante el peligro inminente de perder no sólo sus bienes, sino también sus vidas.
Fuentes oficiales informaron de que más de 650.000 personas habían sido evacuadas antes del paso de la tormenta -258.500 en Santiago de Cuba, 139.900 en Guantánamo y 110.000 en Holguín- y cifras posteriores elevaron el total a aproximadamente 735.000 personas.
Daños en viviendas e infraestructuras
Los primeros informes de las autoridades locales y de la prensa reflejan daños generalizados en las infraestructuras de las viviendas:
- Tejados arrancados y paredes derrumbadas en viejos edificios de mampostería.
- Casas de madera completamente destruidas en comunidades rurales.
- Apagones prolongados en casi todo el este de Cuba.
- Carreteras bloqueadas por desprendimientos y árboles caídos.
- En Santiago de Cuba, algunos barrios quedaron sumergidos bajo más de un metro de agua.
El coste humano se refleja en los cientos de familias que perdieron parcial o totalmente las casas que habían construido durante décadas y que ahora carecen de recursos para reconstruirlas.
Impacto en la agricultura y la alimentación
Melissa golpeó en un momento crucial para las cosechas de café, cacao y plátano, pilares de la economía oriental.
Las lluvias torrenciales y la marejada ciclónica destruyeron campos enteros, arrasaron sistemas de riego e inundaron tierras de cultivo. En los municipios de Guamá y Yateras, algunos arrozales y huertos se inundaron con agua salada, inutilizando temporalmente el suelo para el cultivo.
También se registraron pérdidas de ganado debido al derrumbe de establos y corrales.
El Ministerio de Agricultura advirtió de que la producción de alimentos podría verse afectada en los próximos meses, y se anunciaron planes de emergencia para redistribuir las reservas de grano y apoyar la siembra rápida en las zonas menos dañadas.
Víctimas y estado de emergencia
Aunque todavía no se ha comunicado la cifra oficial de muertos en Cuba, ya se están recibiendo informes extraoficiales de personas desaparecidas y fallecidas.
Sin duda, la recuperación será larga y compleja.
Entre las prioridades de ayuda se encuentran:
- Alimentación y medicina.
- Enseres domésticos y materiales de construcción.
- Filtros de agua.
Si quieres unirte a la iglesia cubana y apoyar a las familias devastadas por este evento meteorológico, puedes hacerlo donando en este ENLACE
A través de este mismo enlace, nuestro ministerio pondrá a disposición de los donantes fotos de nuestra visita a las zonas e iglesias afectadas.
Aquí tienes algunas imágenes de los daños causados por el huracán en el este de Cuba.













































